Déficit crónico: Experto Usach propone subsidio a la demanda para Transantiago

Para nadie es secreto que el Transantiago no anda. Si bien por las calles moviliza a miles de personas día a día, en el bolsillo del Estado sólo está moviendo problemas. Para el experto en Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Francisco Castañeda, existen soluciones de fondo para la evasión, entre ellas un subsidio en las tarjetas Bip de los más pobres. Ésta, y otras posibilidades de mejoramiento, analiza a continuación.
 
El sistema de transporte de la Capital no logra estabilizar sus finanzas. Con un déficit de US$ 50 a 55 millones mensuales, el Transantiago estaría perdiendo alrededor de US$ 600 millones al año, por lo que el alza en los precios ha sido inminente. Ya en abril el pasaje subió $30 y se espera que a mediados de mayo suba otros $20.
 
El subsidio que el Estado entrega a este programa no sería suficiente de mantenerse estas cifras. Si bien existen dos tipos de subsidio para Transantiago -uno transitorio, de US$ 1.500 millones hasta el año 2011, y uno permanente, de US$220 millones anuales hasta el 2014- ninguno de éstos podría sostener las elevadas pérdidas provocadas por la evasión de pago del pasaje.
 
Para el académico del Magíster en Economía financiera de la Universidad de Santiago de Chile, Francisco Castañeda, el tema del aumento en los subsidios es bastante complejo. Según señala el especialista, las contribuciones estatales pretenden que el sistema se autosustente a mediano plazo, lo que será imposible si se mantiene el actual nivel de evasión.
 
Por otra parte, las empresas conllevan parte de la responsabilidad en el descalabro financiero del sistema. El académico afirma que "ellos (las empresas) también de alguna manera tratan de señalizar que tienen costos mayores para, en el margen, justificar un nuevo subsidio o un aumento de los subsidios actuales. Por lo tanto, aquí lo que se requiere es más transparencia, una mayor fiscalización de los costos, en cuanto a calidad y eficiencia del sistema", dice.
 
De todas formas, apunta a la evasión como el mayor de los inconvenientes de Transantiago, lo que a juicio del experto, "está haciendo que el sistema sea más deficitario de lo que podría ser". Indica también que los problemas tienen su origen en el nacimiento del plan de transportes, donde "el sistema partió con una tarifa muy baja al principio", y hoy simplemente se estarían sincerando los costos reales.
 
Ante esta situación de alzas de pasaje, el especialista plantea que "hay que tomar medidas radicales en el sentido de subsidiar a la demanda, a los pasajeros más pobres a través de la tarjeta Bip y, de alguna manera, ir reduciendo el subsidio a la oferta, es decir a los operadores".
 
Francisco Castañeda explica que no se puede mantener un subsidio completo para las empresas. "Si se le da todo el cheque a los operadores, cada año va a ser un tema frecuente el riesgo de aumento de costos para seguir justificando aumento de subsidio a mediano plazo, por lo tanto se tiene que reducir ese sentido perverso. El Ministerio de Transporte tiene que exigir que las empresas también se ocupen de la evasión del sistema".
 
En esta línea, el académico plantea una revisión de los contratos de los conductores, ya que actualmente están desligados del cobro del pasaje. Así el salario de los choferes debería subir en función de que ayudarían a reducir la evasión de pago del pasaje.
 
Por otro frente, Francisco Castañeda presenta la posibilidad de crear conciencia en la gente, como una estrategia para que se pague el pasaje. "Una campaña ética nacional por televisión, por la prensa, por radio, etc., denunciando que cuando usted no paga su pasaje, le está aumentando su pasaje a todo el resto", señala el especialista.
 
Finalmente, el experto enfatizó en la necesidad de revisar los balances de las empresas y aumentar la fiscalización. "Estas empresas son privadas y sus tarifas reguladas (monopolio natural), y como el Estado les entrega recursos debería existir una unidad especial, en este caso, del Ministerio de Obras Públicas con la Superintendencia de Valores y Seguros de modo que fiscalicen en detalle, de forma tal de hacer los balances auditados para monitorear si las reales pérdidas son lo que se señala", comenta.
 
En esta línea el experto recalca que "cuando se opera con recursos del Estado, para evitar el riesgo moral de mal uso de los recursos, las empresas operadoras del transporte en Santiago deberían publicar su balance auditado para que la sociedad pueda conocer realmente como se administran los recursos fiscales".
 
De ser así, Castañeda, postula que este balance obligatorio (como cualquier empresa que esta sujeta al escrutinio público) se transformaría en una herramienta de presión para que las empresas puedan contener sus costos, y así reducir el déficit operacional del sistema. "El Estado no puede pasar cientos de millones de dólares por año sin un adecuado monitoreo del uso de estos recursos".
 
Por Rayén Valdebenito