Plantel lidera proyecto de inocuidad alimentaria impulsado por el Gobierno
La iniciativa, que será ejecutada por la Facultad de Ciencias Médicas con apoyo del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (Cecta), tiene como objetivo constituir una red de laboratorios de alto estándar en términos de calidad, que funcione de forma articulada y sinérgica, y que sea capaz de reaccionar rápidamente a cualquier evento negativo, porque el efecto es muy importante.
La directora del proyecto y vicedecana de Investigación y Desarrollo de la Facultad de Ciencias Médicas, Dra. Helia Molina, afirma que durante enero y febrero realizaron un análisis de lo que pasa en el país con los laboratorios de inocuidad alimentaria y la realidad es que cada uno trabaja por su cuenta.
“Lo que persigue este proyecto es que cada laboratorio de los estamentos gubernamentales asociados a la inocuidad, construyan una visión conjunta, y no que cada uno se las arregle por su cuenta y cuando quiere da información y cuando quiere no”, sostiene la también ex ministra de Salud del Gobierno de Michelle Bachelet.
La idea es que los laboratorios creen una imagen objetivo conjunta e identificar las brechas que existen hasta alcanzar la visión de un recinto de alto estándar. “Hay muchos países que han logrado la excelencia. Nosotros no estamos mal, pero nos falta y para lograrlo se quiere trabajar en conjunto y no por separado. No es fácil, pero yo estoy muy conforme con lo logrado hasta ahora”, agrega la académica.
En términos del proceso, Molina revela que ya se elaboraron los mecanismos marcológicos. “Hicimos el mapa de actores, la visión, el marco estratégico sobre lo que queremos, por qué, para qué y con quiénes. Actualmente trabajamos en el cómo, es decir, en el modelo de gestión”, explica.
Trabajo en equipo
Para la pediatra es necesario destacar que este trabajo se realiza entre dos unidades de la misma Universidad de Santiago: el Cecta y la Facultad de Ciencias Médicas. “De los cuatro proyectos que presentó el Ministerio de Agricultura, nos ganamos dos y en los dos participamos las dos facultades. Eso es algo diferente al paradigma habitual de esta institución, donde cada facultad trabaja en lo propio y de alguna manera, no se optimizan los recursos”, reconoce.
“En este caso, si no hubiéramos hecho alianza con Cecta, tendríamos que haber contratado a un par de expertos en tecnología en los alimentos porque en Salud nosotros eso no lo sabemos”, asegura. No obstante, subraya que “yo creo que estamos en un camino correcto y que ha dado buenos resultados. Creo que mirándolo desde el punto de vista estratégico, el proyecto ya dio sus primeros buenos resultados y el más importante que fue poner a trabajar juntos a gente que nunca trabajó junta”.
Asimismo, la médico anunció que el equipo decidió destinar una parte de los dineros del proyecto - 40 millones de pesos - para un fondo concursable que permita la colaboración intersectorial en la materia.
Por otro lado, Molina adelantó que un experto de cada institución será parte de un “seminario viajero” a España para ver cómo funciona su sistema de salud en comparación al nuestro. Además reveló que el 31 de julio se firmará un acuerdo en el que los ministros involucrados se comprometerán a trabajar en conjunto y establecer un plan de cierre de brechas.
Sobre los plazos, Molina agrega que en enero y febrero de 2018 se debe realizar el informe final. “Ya tenemos el plan, el que vamos a presentar y exponer al juicio de pares externos porque hasta ahora hemos trabajado bien internamente. Si bien hicimos una reunión con gente de otras universidades, ahora queremos que sea más ampliado, de manera de poder validarlo con otros pares, privados fundamentalmente. Así, a fin de año, esperamos tener ya un plan definitivo con un modelo de gestión específico, llegar e instalar en base a un proceso participativo y respetuoso”, detalla.
Los proyectos del Gobierno buscan fortalecer la imagen del sector como proveedores de alimentos tanto a nivel nacional como internacional, además de diversificar la oferta chilena. En ese sentido, la académica señala que la inocuidad es un factor muy importante, porque el que los alimentos estén libres de sustancias que puedan afectar la salud de las personas, ayuda a que Chile se transforme en una potencia alimentaria para la exportación de productos.
Para ello, reitera, se requiere la detección “con técnicas rápidas, precisas y exactas, de la mejor calidad, interactuando todos los actores y anticipándonos a los problemas”.
Molina además asegura que ésta es una “tremenda oportunidad para la Facultad de Ciencias Médicas de estar en las ligas mayores en términos de las políticas públicas. Como Facultad queremos abrir las puertas hacia las necesidades que tiene el país en salud pública”.
“Lo que te permiten estos proyectos es investigación de acción, investigación para la toma de decisiones de un país. Y esto a la Universidad de Santiago también la pone en un espacio muy interesante desde el punto de vista de la salud pública, ya que genera experiencia. Además se presentaron muchas universidades y hay que valorar que esta casa de estudios hace buenos proyectos y se los gana”, sentencia.