Comunas rurales sin plan regulador: Experto plantea necesidad de volver a clasificar comunas: “Peñaflor y Talagante son comunas urbanas”

Para nadie es secreto que Santiago crece de manera exponencial. La capital, pese a todo, sigue manteniendo localidades rurales y justamente éstas son las que se encuentran sin plan regulador que las controle. Jonás Figueroa, experto en planificación urbana de la Universidad de Santiago advierte: esas comunas ya son urbanas, urge un plan regulador.
 
Sin plan regulador se encuentran al menos 16 comunas del gran Santiago. Las llamadas rurales, llevan alrededor de nueve años tramitando estas normas, sin éxito. El Ministerio de Vivienda ha financiado estudios para estos municipios, los que se mantienen sin aprobación. Lo cierto es que las localidades rurales se expanden con la misma velocidad que la Capital, y sólo Colina y Padre Hurtado han regularizado su situación respecto a la planificación urbana.
 
Colina fijó su plan regulador el pasado 26 de marzo, después de diez años de estudios y debates. Jonás Figueroa, experto en la materia, académico e investigador de la Escuela de Arquitectura de Universidad de Santiago, afirma que existen múltiples factores que influyen en la demora del proceso de aprobación de las normas reguladoras.
 
Uno de los motivos del retraso en la aprobación de planos reguladores es el criterio desarrollista de los consejos comunales. Con esto, el académico explica que muchas veces los consejos fijan su criterio en incrementar las zonas urbanas en suelos que quizás no son aptos para tal uso. "Es bien visto por esta gente hacer grandes extensiones, muchas veces fuera del desarrollo proporcional que requiere realmente hacer una gran clasificación de suelo urbano: suelo de reserva o suelo urbanizable", explica.
 
A esto se suma el largo tiempo que se le da a la construcción de la propuesta y las observaciones a la misma. Para el investigador, estos motivos retrasan la aceptación de los planes reguladores. Aunque advierte que en el caso de las comunas rurales es necesario hacer una observación más allá del proceso.
 
"Lo primero que hay que hacer es ver si todas estas comunas que se ponen aquí (lista publicada por "El Mercurio") son rurales, porque la mayoría de las que se nombra son urbanas", sentencia Jonás Figueroa. En este sentido, el experto aclara que se considera comuna rural a los núcleos de población menores a 20 mil habitantes, y que éstos se pueden regular mediante una definición de límite urbano.
 
Sin embargo, esto no se aplica a las comunas que sobrepasan esa cantidad de habitantes. "Colina, Peñaflor, Talagante, Padre Hurtado, Lampa deberían tener urgentemente un plan regulador, porque es la única manera de reducir el crecimiento expansivo que tiene Santiago (...)".
 
Finalmente, Jonás Figueroa plantea la urgencia de aprobar las normas de regulación. Según explica el investigador, la planificación es muy importante, porque define a dónde deben ir los recursos públicos. "El plan regulador determina hacia dónde va el crecimiento y dónde hay que hacer las inversiones requeridas en bienes de urbanización: agua potable, alcantarillado, electricidad", sentencia.
 
Por Rayén Valdebenito Ortega