Postgrados en Chile: aportes concretos y desafíos pendientes
En el contexto de la ceremonia de inicio del año académico de Postgrados de la Universidad de Santiago de Chile, la ministra de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Dra. Aisén Etcheverry Escudero, fue la oradora principal y allí manifestó que “el Gobierno tiene un compromiso con la ciencia y la tecnología, porque son el camino al desarrollo”.
Coincidiendo plenamente con el concepto expresado por ministra –y en ese mismo contexto–, es innegable que los programas de postgrado son una contribución concreta a la formación avanzada de profesionales en Chile, en ciencia, tecnología y en todas las áreas del conocimiento, para que nuestro país pueda contar con especialistas que aporten a soluciones concretas a los múltiples desafíos del siglo XXI, entre ellos, el crecimiento económico, la explotación del litio, las consecuencias del cambio climático, y los alcances de la inteligencia artificial.
De igual manera, los programas de postgrados que componen la oferta académica de las universidades estatales del país cuentan con un valor agregado, cual es lo que se ha denominado “laboratorios naturales”. Esto, se refiere a la posibilidad de arribar a respuestas a problemas de alta complejidad técnica sin necesidad de estudiar problemáticas similares en otros lugares del orbe, dadas nuestra geografía, variedad de climas, diversidad territorial y otras características del entorno y del contexto actual. Este hecho, transforma la posibilidad de realizar un postgrado en Chile en un factor muy atractivo para estudiantes del Cono Sur de América, dado que compartimos lenguaje, cercanía cultural, similitudes geográficas, y desafíos comunes.
No obstante lo anterior, también enfrentamos como país importantes desafíos referidos a la formación avanzada de profesionales. Por ejemplo, con 20 millones de habitantes, Chile es uno de los países de la OCDE con menor número de investigadoras(es), llegando a más de uno por cada mil habitantes, mientras que el promedio del organismo es 9. Para Finlandia, con una población de 5,5 millones, la cifra es de 16.
Otro reto que enfrentamos es el bajo nivel de inserción laboral de las y los investigadores más allá de la academia. Según cifras del ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, solo el 7% de las Doctoras y los Doctores de Chile trabajan en la industria. Por ello, es necesario que, como universidades completas y complejas, se diseñen políticas y estrategias, en forma conjunta entre universidades, Estado y sector privado, con la finalidad de propender hacia cambios estructurales que fomenten un mayor financiamiento para investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y hacia modelos que potencien la inversión en investigación de parte del sector productivo.
En un campo directamente relacionado con potenciar los postgrados en Chile, se desarrollan diversas acciones para contar con una mayor internacionalización de estos programas y así poder contribuir a la formación de capital humano avanzado en los países del Cono Sur. Además, estas gestiones aportan a consolidar a la oferta chilena de Doctorados y Magísteres como líder en América Latina, atrayendo a talentos regionales, por medio de postgrados robustos, actualizados en sus respectivas líneas de investigación, y con incentivos y beneficios económicos.
En este ámbito, también debemos avanzar con voluntad política en la consecución de tratados internacionales centrados en la educación. Es bien sabido que la educación –y en particular la Educación Superior– es una estrategia poderosa y que tiene una incidencia directa en el desarrollo de las naciones. En consecuencia, este nivel de educación debe ser potenciada fuertemente, con tratados y acuerdos multilaterales, entre otras acciones de cooperación. Hoy en día, al no contar con tratados en esta área, se hace muy difícil implementar cualquier programa con universidades de un país vecino, situación diametralmente diferente a lo que sucede si se quiere instalar, por ejemplo, una iniciativa de índole económica, donde todo el proceso se realiza ágilmente.
Los estudios de postgrados, abordados como programas de estudio enfocados en la formación avanzada de profesionales, tienen un rol básico en la cultura y en el desarrollo de un país. El avance de la ciencia, la tecnología y áreas específicas del conocimiento son clave para lograr una transferencia efectiva de conocimiento, entre la academia y la industria. Estos son aspectos fundamentales que inciden en el progreso de desarrollo integral de Chile.
Citando nuevamente a la ministra Etcheverry en la mencionada actividad universitaria, “un país con más ciencia y con más tecnología es un país que puede crecer con igualdad y en democracia. Es un país que puede avanzar hacia un desarrollo sostenible real”, a lo que añadió que, en la actualidad, este es un buen momento para cursar un postgrado, porque nos incorpora en un sistema de ciencia, conocimiento, tecnología e innovación “que no vive en el vacío, sino que se inserta en el diseño de las políticas públicas, en el proceso de toma de decisiones y en cómo se prepara a las nuevas generaciones para entregarles un país donde puedan desarrollar sus proyectos futuros”.